En un primer análisis de las necesidades de este colectivo, se constató la necesidad de incrementar la oferta de plazas hoteleras adaptadas en el entorno del Parque; la persona con discapacidad que visitaba el Parque Nacional debía poder alojarse en los establecimientos de la zona, pero este tipo de plazas no abundaban. Por ello, la Orden de Subvenciones para el Área de influencia Socioeconómica del Parque Nacional de Ordesa y Monte Pedido promulgada por el Gobierno de Aragón desde el año 2007 incluye una línea específica para aquellos establecimientos hoteleros que deseen disminuir barreras arquitectónicas en sus establecimientos y adaptar habitaciones a personas con discapacidad.

Por otro lado, aunque en los centros de interpretación del Parque Nacional se han eliminado las barreras arquitectónicas, la visita al propio Parque, es decir, la práctica del senderismo por su magnífica red de caminos, estaba impedida hasta ahora a las personas con movilidad reducida. Estas personas deben poder disfrutar en primera persona de las diferentes experiencias que ofrece el recorrido por el Parque Nacional. Esto puede conseguirse mediante la implantación de distintas medidas. Una de ellas, instaurada en algunos espacios naturales protegidos, ha sido la construcción de caminos adaptados al paso de sillas de ruedas tradicionales. Esta solución tiene varios inconvenientes como es su gran impacto en la naturalidad del terreno, la necesidad de poder adaptar tan solo caminos de pendientes suaves y, además, presenta un coste económico elevado. Todo lo anterior lleva a que no sea práctico y a que las visitas por estos caminos adaptados permitan recorrer tan solo una parte muy pequeña del territorio. Otra posible solución es la que ha sido adoptada por el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en el que se ha optado por ofertar de manera gratuita Sillas de ruedas todo terreno adaptadas al senderismo. Estas sillas todo terreno permitirán la visita de más del 60 por ciento de los senderos del Parque Nacional.

Las sillas disponen un asiento con reposa cabezas dotado de cinchas. El peso recae sobre una única rueda, dotada de amortiguación y de frenos de disco. Se transportan entre un mínimo de dos personas como si fuese un palanquín. La persona que abre la marcha tira de unas cinchas y de los brazos delanteros de la silla y la persona que cierra el paso empuja las asas traseras. Es conveniente que haya más de dos personas que ayuden ya que de este modo podrán relevarse en el trabajo si la persona que transportan es pesada o si en el trayecto tratan de salvar un gran desnivel.