El coche hace mucho tiempo que dejó de ser un artículo de lujo en Euskadi para convertirse en uno de primera necesidad. Con el paso de los años, su uso aumenta de una manera imparable, hasta el punto de que en la actualidad el 38,8% de todos los desplazamientos que se realizan durante un día en la comunidad se hace en automóvil. Y lo que resulta más preocupante: la tasa de ocupación de los coches es de casi una persona (1,35). Este empleo del coche privado duplica al que los ciudadanos realizan en transportes colectivos (17,5%), básicamente autobús y tren.

Con estos datos, procedentes del último estudio sobre movilidad en la comunidad autónoma, correspondiente al periodo 2003-2007, y la constatación de los problemas que sufren de manera crónica las carreteras, especialmente los accesos a Bilbao y San Sebastián en las horas punta, las luces de alarma han vuelto a encenderse. La consejera de Transportes, Nuria López de Guereñu, admitió ayer abiertamente al presentar los datos del informe que los hábitos de los ciudadanos a la hora de desplazarse no resultan sostenibles y advirtió de que las autoridades deben coordinarse e incidir en lograr un cambio de costumbres. Entre 2003 y 2007 el uso del transporte público ha aumentado 0,7 puntos frente a los cuatro del coche, pese al crecimiento de líneas de los primeros, fundamentalmente el metro bilbaíno.

Más contundente se mostró su compañera, la titular de Medio Ambiente, Esther Larrañaga, quien en otro acto reclamó un cambio "drástico" en la política de transporte e infraestructuras para potenciar los medios de locomoción públicos y reducir el uso del coche privado, que supone grandes costes económicos y medioambientales.

Más de 25.000 encuestas

Aprovechando la celebración de la Semana Europea de la Movilidad, Transportes presentó su estudio sobre los hábitos de desplazamientos de los vascos en el periodo 2003-2007, basadio en 12.335 entrevistas telefónicas y otras 12.817 realizadas a pie de carretera.

Larrañaga recalcó que ha llegado el momento de abordar "una gestión racional de la demanda que permita cambiar el transporte". En esta misma línea, López de Guereñu destacó la necesidad de mejorar la infraestructura del transporte colectivo, especialmente el tren, y puso como ejemplo lo que sucede en Vizcaya, donde el 12,1% de los desplazamientos se realiza por ese medio frente al 3,8% de Guipúzcoa o el 0,4% de Álava. Y es que Vizcaya cuenta con una potente red de cercanías (en la zona del Gran Bilbao) y de metro y tranvía en la misma capital vizcaína.

En cambio, en Álava hasta un 2,2% de los desplazamientos se realiza en bicicleta, mientras Vizcaya se queda en un testimonial 0,3%. Las comodidades que ofrece Vitoria para ese tipo de viajes resulta fundamental frente a las casi inexistentes en Bilbao.

La consejera de Transportes hizo hincapié en las medidas positivas (fomento del transporte público), pero no entró en el debate sobre la conveniencia de impulsar la restricción al uso del coche con medidas disuasorias como los peajes urbanos. "Es una más de las posibilidades que se encuentran en estudio", señaló López de Guereñu, destacando la importancia que también tiene el cambio de mentalidad en los propios conductores inspirados por su conciencia y no por las imposiciones que vienen del exterior.

A lo largo del año, 60 ayuntamientos realizan medidas para minimizar el uso del vehículo privado, como la peatonalización de las calles, la promoción del uso de la bicicleta o la reducción de la velocidad en el interior de los municipios.

El estudio indica que en el País Vasco se realizan 6.087.600 desplazamientos diarios (un 11,4% más que en 2003), tanto en medios de transporte como a pie, lo que hace que se produzcan 2,98 desplazamientos por habitante y día de media. El informe define "desplazamiento" como el movimiento de una persona mayor de cinco años de un lugar a otro con una finalidad y más de cinco minutos de duración.

La mayor parte, el 41,4%, se produce a pie. A continuación va el automóvil (38,8%) y los efectuados en transportes colectivos (17,5%). Los motivos de los desplazamientos son, en su mayoría, por obligaciones, ya que el trabajo absorbe el 30,6% del total y los estudios, el 17,3%, aunque el ocio supera a este último, con el 22,4%.