Hay que apostar por la investigación y la tecnología para paliar los problemas ambientales, considerando además estos desafíos como una oportunidad. Son muchas las líneas de investigación abiertas en relación con la conservación del planeta y el desarrollo sostenible en estos momentos y muchas las esperanzas depositadas en estas investigaciones.
El papel de la ciencia y la investigación es ayudar a determinar la naturaleza de los riesgos que corremos, para darnos la base de las soluciones y decisiones políticas que conviene adoptar. Al margen de estas cuestiones, para fortalecer nuestro sistema de investigación-tecnología-empresa es necesaria una mayor inversión económica y además de fortalecer la capacidad investigadora de los organismos públicos promover la investigación en las empresas privadas.
En este sentido, existen diferentes áreas de la I+D, a las que prestó especial atención esta actividad, con el doble objetivo de afrontar la tarea de construir un futuro más sostenible y de difundir las necesidades detectadas por aquellas personas que integran el sector de la Investigación. En materia de energía, se hicieron visibles los problemas del sistema energético mundial, derivados de la escasez y encarecimiento de combustibles fósiles y de los efectos del cambio climático. Un cambio en el “menú energético” mundial, basado en la reducción de la dependencia de las energías fósiles y de la inversión en I+D en energías renovables que permita reducir costes e investigar en la producción y almacenamiento de las mismas para extender su uso sería la principal solución.
En el área agroalimentaria se abogó por el uso de transgénicos en la producción de biocombustibles como medio para mejorar las energías renovables. En relación a otras líneas de investigación como las de los aerosoles atmosféricos se señaló la negativa influencia que tienen sobre la salud humana y la necesidad de profundizar más en su conocimiento.
En cuanto a la investigación en materia de cambio climático se expusieron varios ejemplos relacionados con los ecosistemas marinos o los bosques, haciéndose presente la necesidad acuciante de planes de investigación a este respecto que sean interdisciplinares, coordinados y duraderos.
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