La Agricultura, el factor clave para minimizar el cambio climático
19/10/2007 - ABC.es
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Fuente de energías renovables en forma de biomasa y biocombustibles y sumidero de CO2, la agricultura está llamada a jugar un papel fundamental en la contención del cambio climático generado por el calentamiento de la atmósfera, y a aportar soluciones que palíen el déficit energético. En este pronóstico coincidieron los participantes en la mesa redonda titulada «Los retos de la Agricultura: cambio climático, I+D e internacionalización», que estuvo moderada por el periodista Fernando Seco, colaborador de ABC de Sevilla.

El consejero de Agricultura y Pesca, Isaías Pérez Saldaña, destacó que la lucha contra el cambio climático se ha convertido en una prioridad de la agenda política del Gobierno andaluz, que aprobó el pasado 5 de junio el Plan Andaluz de Acción por el Clima. Éste contiene 140 medidas, de las cuales 17 se dirigen a las áreas de actuación de la agricultura, la ganadería y la pesca.

 

El consejero subrayó que Andalucía ha sido pionera en la investigación y desarrollo de sistemas productivos respetuosos con el medio ambiente, como la producción integrada y la producción ecológica, que suman actualmente 260.000 y 600.000 hectáreas, respectivamente. Ello implica, dijo, un importante descenso en el uso de productos fitosanitarios y fertilizantes en los cultivos, con lo que se reducen las emisiones de CO2.

La hora de los transgénicos.

 

El presidente de Asaja-Andalucía, hizo una proyección de futuro e incidió en que el número de habitantes de la tierra pasará de los 6.500 millones de la actualidad a 9.100 millones en el año 2050, lo que provocará un importante aumento de la demanda de alimentos.

 

Unido a ello, la política energética de la Unión Europea prevé un aumento creciente del consumo de biocarburantes -se prevé que en el año 2010 el bioetanol y el biodiesel aporten el 5.75% del consumo total en transportes y un 10% en el 2020- y que se extienda el uso de la biomasa en la producción de calor, electricidad y energía. Todo ello también disparará el consumo de bienes agrícolas.

 

Ante el fuerte tirón que se espera en la demanda, la única manera de incrementar la producción y obtener más rendimientos en los países avanzados de la Unión Europea y en Estados Unidos es, según Serra, apoyar los productos transgénicos. «Una de las cuestiones que marcará el siglo XXI serán los organismos genéticamente modificados, que permitirán producir mejores productos, con más calidad y con más sostenibilidad», ya que los transgénicos no requieren el uso de fitosanitarios.

 

Alternativa

 

José Gandía Giner, presidente de Royal, una de las empresas líderes españolas del sector hortofrutícola, con sede en San José de la Rinconada, subrayó que «la agricultura no puede ser una alternativa duradera al problema energético que se nos avecina, aunque este desafío va a crecer en los próximos años». A modo de ejemplo, indicó que un tanque de automóvil de etanol de 50 litros equivale al consumo de maíz de un ser humano en un año.

También señaló que la introducción de bienes agrícolas para productos energéticos «está provocando una inflación importante en algunos productos como los lácteos».

 

El empresario criticó la Política Agrícola Común que, en su opinión, «ha sido un error estratégico importantísimo, con tensiones enormes en la producción de alimentos». En su visión de las distintas zonas del mundo, José Gandía indicó que China está perdiendo su perfil productor y cada vez es más consumidor de alimentos; Rusia es «el jugador dormido», mientras que los «futuros jugadores potentes» son Egipto, Turquía y el Magreb.

Producción biológica

 

Respecto a España, el presidente de Royal destacó que las oportunidades están en la expansión de los productos biológicos, en el esfuerzo en I+D, la exportación y las alianzas con supermercados europeos, además de en el apoyo político, la flexibilidad laboral y la eficiencia empresarial.

 

«La empresa española está encabezando el cambio en los nuevos escenarios agrícolas y energéticos a nivel mundial», afirmó Gandía Giner. Como ejemplo más inmediato puso a las compañías andaluzas Ebro Puleva y Abengoa.