La huella más buscada
12/11/2007 - ELMUNDO.es
www.elmundo.es
El dióxido de carbono (CO2) es, sin duda, el gas más nombrado en el siglo XXI. Y no precisamente para bien. Esta molécula, esencial para la respiración de los seres vivos en la Tierra, se ha convertido en el principal enemigo público de las últimas décadas -y en el mayor quebradero de cabeza de los científicos del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), que debatirán la síntesis final de su IV Informe de Evaluación la próxima semana en Valencia-.

La razón está en su capacidad de absorber y retener el calor en la atmósfera, al igual que lo hace el resto de los llamados gases de efecto invernadero (es decir, aquéllos que potencian el efecto invernadero natural), culpables del calentamiento global.

 

Si el Protocolo de Kioto intenta reducir las emisiones de estos gases en ciertos sectores de la industria del primer mundo, ahora le toca tomar medidas al ciudadano de a pie. Y las medidas incluyen las de la huella de carbono, es decir, la cantidad de CO2 que emitimos a través de nuestros hábitos cotidianos.

 

La huella de carbono, medida en toneladas de CO2, nos indica en qué medida estamos contribuyendo al cambio climático cada vez que comemos, encendemos la luz o nos compramos ropa. Se trata de un valor muy dispar según los países, indicativo del nivel de desarrollo: la huella de carbono de un indio es de 1,2 toneladas, mientras que la de un australiano es de 18 y la de un español, de 10.

 

En algunos países como Reino Unido, algunas empresas empiezan ya a mostrar una "etiqueta de carbono" en sus productos. De este modo el consumidor puede hacerse una idea de cuánto CO2 supone un kilo de carne o un CD de música.

 

En España, las emisiones anuales para todo el país alcanzaron los 441 millones de toneladas de CO2 equivalente en 2005 -esta cifra incluye las emisiones de todos los gases de efecto invernadero según su equivalencia en CO2-, una cantidad muy superior a la marcada por Kioto.

 

A su vez, si dividimos los 441 millones de toneladas por la población española, las emisiones de CO2 per cápita se elevan a 10 toneladas, aún lejos de las 8 toneladas por persona que España se ha marcado como objetivo.

 

¿Cuáles son sus emisiones individuales? ¿Superan la media nacional o cumplen con el objetivo? NATURA Y elmundo.es le ofrecen un sencillo cuestionario para averiguarlo.