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Londres quiere abolir las bolsas de plástico
15/11/2007 - ELMUNDO.es
En Reino Unido se distribuyen 13.000 millones de unidades cada año

Salir del súper con la compra y sin bolsa de plástico es ley de vida en Irlanda. La costumbre se asentó en 2002, cuando el Gobierno irlandés impuso un impuesto sobre las bolsitas, que tardan hasta 400 años en descomponerse. Una tasa de 15 céntimos de euro por unidad -incrementada a 22 céntimos el pasado julio- tuvo el efecto deseado. El consumo de bolsas de plástico se redujo en un 90%.


Londres quiere emular el ejemplo de Dublín con medidas menos drásticas. Su opción consiste en romper la dependencia con el plástico imperecedero, encareciendo su uso: el que necesite una bolsa, que pague por ella. Sus estadísticas dan vértigo. En el ámbito nacional se distribuyen 13.000 millones de bolsas de plástico al año y sólo se recicla una de cada 200 de ellas.


La situación podría cambiar de prosperar un proyecto de ley para vetar las bolsas gratuitas, aprobado esta semana por los ayuntamientos londinenses. La propuesta se presentará en el Parlamento de Westminster a finales de mes y tiene prácticamente asegurado el respaldo de la Asamblea de Londres, del alcalde de la ciudad, Ken Livingstone, y de algunos diputados.


El proyecto se debatirá en la actual legislatura. Pero, a diferencia de Irlanda, no es una propuesta gubernamental, sino de las autoridades municipales. El Ejecutivo de Gordon Brown no quiere atacar el problema vía fiscal o con imposiciones comerciales. Quiere que los comerciantes decidan voluntariamente acabar con la tradición de regalar bolsitas.
El año pasado, el Ministerio de Medio Ambiente llegó a un acuerdo con el sector para reducir el impacto contaminante de las bolsas en un 25% para 2008. En términos globales, se eliminarán 3,25 millones de bolsas en todo el país si se alcanza el objetivo marcado.


Londres despierta por fin a la realidad. Lidera en el terreno parlamentario, pero marcha a la cola en la práctica. Un reguero de pueblos y pequeñas ciudades británicos han eliminado voluntariamente las bolsas de plástico de sus tiendas y calles. El ejemplo lo sentó Modbury, localidad de Dover, al sureste del país. Sus 43 comercios utilizan desde principios de año versiones alternativas en biopolímeros, papel o algodón. Mobdury presume de ser el primer enclave europeo en prohibir tajantemente la distribución y uso de la típica bolsa de plástico de la compra





 



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