Según un nuevo informe para la Comisión Europea realizado por un consorcio dirigido por la Universidad de Naciones Unidas (UNU), Europa debe esforzarse en mejorar la recogida y reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.

Europa produce 10,3 millones de toneladas de residuos electrónicos al año, alrededor de un cuarto del total mundial, y se prevé que esta cifra se eleve a 12,3 millones de toneladas al año en 2020. La Directiva de 2002 de la UE sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) está destinada a aumentar los niveles de reciclaje en el sector.

El nuevo informe revela que actualmente en Europa solamente se recogen el 25% de los electrodomésticos de tamaño medio y el 40% de los equipos de tamaño grande para su recuperación y reciclaje. La cifra correspondiente a los aparatos pequeños se aproxima a cero. El informe asegura que esto deja un «espacio sustancial para la mejora».

«El estudio sugiere la posibilidad de designar porcentajes de recogida a largo plazo de aproximadamente el 60% para los aparatos pequeños como reproductores de MP3 y secadores de pelo, así como para equipos de audio medianos, microondas y televisores, y del 75% para electrodomésticos grandes como frigoríficos y lavadoras», declaró Ruediger Kuehr, de la UNU. «Si se aplicaran, estos objetivos conducirían a una recogida registrada en Europa de aproximadamente 5,3 millones de toneladas de residuos electrónicos en 2011, partiendo de las 2,2 millones de toneladas actuales».

El informe muestra grandes diferencias de actuación en diferentes Estados miembros, tanto en el conjunto como en las diferentes categorías de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Los autores destacan que esto podría ser debido a un número de factores, en los que se incluyen la disponibilidad de puntos de recogida, la situación geográfica, la cultura, las formas de recogida de residuos y los mecanismos financieros.

La composición de los residuos eléctricos también está cambiando, a medida que entran nuevos productos en el mercado. Por ejemplo, los televisores de pantalla plana están sustituyendo a los modelos de tubo de rayos catódicos y se están eliminando los clorofluorocarbonos de los frigoríficos.

Otro punto del que trata el informe es el hecho de que las desventajas medioambientales del reciclaje varíen de un producto a otro, cubriendo aspectos como la reducción de la contaminación tóxica, la conservación de los recursos naturales, la reducción del consumo de energía y la prevención de emisiones que causan el calentamiento global y el agotamiento de la capa de ozono. No obstante, los autores del informe recomiendan objetivos de recogida diferenciados en función de las distintas categorías de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.

«Por ejemplo, la máxima prioridad medioambiental es conseguir el control de los clorofluorocarbonos (CFC) en frigoríficos antiguos», comentó el Dr. Jaco Huisman de la UNU. «Aumentando el porcentaje de recogida registrado en los Veintisiete de la UE, del 27% alcanzado en 2005 al 75% propuesto para 2011, se conseguiría una mayor reducción de los productos químicos que destruyen la capa de ozono, ya que los clorofluorocarbonos constituyen un potente gas de efecto invernadero y se evitaría que entrara en la atmósfera el equivalente a 34 millones de toneladas de CO2».

El informe propone una serie de recomendaciones para mejorar la situación. Los autores piden más investigación sobre la influencia de nuevos productos como los televisores de pantalla plana en la composición de los flujos de residuos y reclaman más estudios sobre mejores opciones para el tratamiento de estos productos.

En cuanto a los aparatos medianos, recomiendan que se investigue sobre el precio de separar productos de alto valor de otros aparatos pequeños, como se ha hecho ya en algunos países.

Otra de las prioridades clave identificadas por los autores del informe es sensibilizar al consumidor para estimular niveles más altos de recogida de residuos.

«Los productos electrónicos producen un gran impacto positivo en nuestras vidas», declaró el Subsecretario General de Naciones Unidas y Rector de la UNU, Konrad Osterwalder. «Sin embargo, su disponibilidad y accesibilidad son cada vez mayores y esto significa que también suponen un problema medioambiental creciente que todos tenemos que abordar». El clásico dicho: «reducir, reutilizar, reciclar» es aplicable especialmente a los residuos electrónicos».