La M-50, entre encinas
24/09/2007 - ELPAIS.com
El cierre de la vía por el norte que estudia Fomento tiene como límite Venturada y Guadarrama.

Una autopista, con un mínimo de dos carriles por sentido, que discurriera por parajes repletos de encinares, bosques y matorrales mediterráneos, donde viven especies en extinción como el águila imperial o el buitre negro, causaría un daño irreversible en el entorno en poco tiempo.

 

 

Parece de sentido común. Es lo que, desde hace más de 20 años, denuncian las organizaciones ecologistas de la región sobre la intención de cerrar por el norte de la vía de circunvalación M-50, porque bloquearía la conexión natural que tiene el Monte de El Pardo con el Parque de la Cuenca Alta del Manzanares y eso afectaría a las especies que viven en él.

 

Sin embargo, es un plan que recuperó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y que ha utilizado como uno de sus principales arietes contra el Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, al que acusa de no asumir la obra, según ella, vital para descongestionar el tráfico de la región.

 

Por eso, optó por asumirla ella misma. Le cambió el nombre, por el de M-65, y tiene muy avanzado el proyecto, que está a la espera de la declaración de impacto ambiental. Después, sólo tiene que licitar el plan definitivo y hacer la concesión, según la Consejería de Transportes.

 

Mientras tanto, el Ejecutivo central ha llegado incluso a plantear un conflicto de competencias ante el Tribunal Constitucional, que aún no ha emitido su fallo. Pese a este enfrentamiento en los tribunales, Aguirre y Zapatero acordaron en su entrevista del pasado 10 de septiembre cerrar en un mes un gran pacto sobre carreteras. Eso contempla la M-50, aunque ambas administraciones tienen planes muy diferentes para ella.

 

La ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, que actuó ese día como portavoz de Zapatero, recordó que el trazado que propone la Comunidad de Madrid -con un subterráneo de 10 kilómetros por debajo de el Monte de El Pardo entre un punto próximo a la M-612 y el término municipal de Las Rozas- supone un "extraordinario impacto ambiental". Por eso, añadió, "el presidente propone buscar una alternativa que permita ampliar ese funcionamiento, sin necesidad de ese impacto".

 

El Ministerio de Fomento, que asumirá en su caso la obra, ha denominado este proyecto "nueva vía de conexión entre los ejes A-1 (Madrid-Burgos), A-6 (Madrid-A Coruña) y A-5 (Madrid-Badajoz)", según un portavoz. En diciembre hará un año desde que el ministerio adjudicó el estudio de las diferentes alternativas a la empresa Gabinete de Estudios Técnicos de Ingeniería, SA (Getinsa) con un presupuesto de 744.967 millones de euros, que aún no está finalizado. Lo paradójico es que Fomento considera "límites exteriores" de este estudio (el tope máximo de territorio a estudiar) los municipios madrileños de Venturada (al norte por la autovía A-1, carretera de Burgos) y Guadarrama (al noroeste por la A-6, carretera de A Coruña, casi en la frontera con Segovia). Además, incluye en el estudio una conexión ente la A-6 y la A-5 (carretera de Badajoz), cuyo límite exterior está en Maqueda (Toledo).

 

Un itinerario cuya longitud es, según el ministerio, de 115 kilómetros. Un arco que resulta demasiado amplio para una vía de circunvalación de la capital, aunque en el ministerio reconocen que el trazado final podría discurrir exactamente por los límites.

 

El estudio no está finalizado, pero el punto por donde menos impacto ambiental causaría el trazado de la M-50 sería si siguiera el de la carretera M-608, que va de Soto del Real a Cerceda. Sin embargo, esta opción, que atraviesa el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, se encuentra, a la altura de Manzanares el Real, que apenas existe espacio libre entre el embalse de Santillana, el municipio y el castillo. Por otra parte, lo abrupto del terreno de La Pedriza, haría difícil hacer pasar la carretera por otro punto.

 

Otra alternativa, con un itinerario más extenso, sería construir la autovía sobre la carretera de Hoyo de Manzanares a Colmenar Viejo. En este caso, no sólo la ocupación del parque regional sería mayor, sino que habría que salvar el río Manzanares.

 

"El cierre de la M-50 es un absurdo", afirma Santiago Martín Barajas, portavoz de Ecologistas en Acción, gran conocedor de la zona, que rechaza tanto el proyecto de Aguirre como las alternativas que estaría barajando Fomento. En el primer caso, Ecologistas en Acción ha mantenido siempre su oposición al trazado bajo El Pardo, un paraje donde viven 10 parejas de águilas imperiales, cigüeñas y buitres negros y unos 14.000 ciervos. Además, recuerda el gran valor ecológico de sus encinares sobre arena, "de los mejores conservados de España". "Este enclave es fundamental para la propia viabilidad de Madrid, no sólo porque es una zona verde que limpia el aire de la capital, sino porque es vital para la recarga de los acuíferos, que son el depósito de agua del que bebe la ciudad cuando hay sequía", explica Martín Barajas.

 

Pero el ecologista también rechaza el proyecto de Fomento. "Desde el punto de vista del conductor, no tiene sentido hacer 80 kilómetros en coche para no pasar por el centro de Madrid", mantiene. "Desde el punto de vista ambiental, se trata de una aberración", recalca.

 

En el caso del entorno de Hoyo de Manzanares, Martín Barajas recuerda que partiría en dos el parque regional. "Afecta a una zona de reserva natural integral, de máxima protección, con especies de gran interés como águilas imperiales, búho y águila real, buitre y cigüeña negra", asegura. Si hubiera una carretera junto a Manzanares el Real, el ecologista asegura que se dañaría lo mismo, aunque existe "pero en menor cantidad". Su conclusión es demoledora: "Parece mentira que en 30 años los técnicos del ministerio hayan aprendido tan poco sobre el medio ambiente. Están a tiempo de dar marcha atrás".