El alza de los cereales afecta sobre todo a la producción de bioetanol, que utiliza como materia prima el trigo. Una de las primeras víctimas de esta subida ha sido la planta de bioetanol de Babilafuente (Salamanca). Abengoa y Ebro Puleva, que se reparten la propiedad de la fábrica, anunciaron anteayer la paralización de su actividad. Por otro lado, ninguna de las 23 plantas de biocarburantes que se abrirán entre finales de año y a lo largo del próximo en nuestro país son de bioetanol. Todas ellas producirán biodiésel, que utiliza grasas naturales como aceite de palma, girasol, colza o soja como materias primas. Además, "el petróleo sigue siendo una fuente de energía más barata que la de los combustibles verdes porque llevamos más de cien años utilizándola", según explica el responsable de medio ambiente de la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos, Gonzalo del Castillo. Un futuro verde A pesar de las dificultades, la producción de agroenergéticos sigue siendo necesaria: el 5,83 por ciento del carburante que que se consuma en 2010 será, por ley, biodiésel o bioetanol. "El mercado será para los biocombustibles a largo plazo", sentenció Del Castillo. Del aceite a la caña de azúcar Como alternativa al petróleo, los biocarburantes procedentes de materias primas orgánicas emiten muchos menos CO2 a la atmósfera. Entre los principales combustibles está el biodiésel, que se obtiene a partir del aceite de palma, girasol, colza o soja. También destaca el bioetanol, que se utiliza normalmente mezclado con otros carburantes. Se consigue a partir de azúcares o productos orgánicos como la remolacha, los cereales y la caña de azúcar. Algunos sectores apuntan a que es mucho más importante el primer biocombustible, ya que el 60 por ciento de los vehículos en circulación utilizan diésel. En España es posible adquirir biocombustibles en 296 gasolineras repartidas por toda la Península.
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