En este Foro, unos 50 expertos del sector han hablado de los costes medioambientales tales como la degradación de la biodiversidad, la fertilidad de los suelos, la erosión absorción de aguas y contaminación acuífera, advirtiendo de que 'en algunas circunstancias' la producción de biocombustibles podría traer consigo incluso un aumento de las emisiones de gases invernadero.

El apoyo a los biocombustibles se ha generalizado en la última época y como consecuencia, se han generado políticas energéticas y agrícolas, que buscan sustituir el uso de petróleo por biocombustibles. Los gobiernos de los Estados miembros se han sumado a este tipo de iniciativas, como un modo de reducir las emisiones de CO 2 derivadas del transporte y caminar hacia una sociedad descarbonatada. De hecho, la UE ha instado a los Estados miembros a asegurar que un 2% del uso de combustibles provenga de estos combustibles “bio” y a alcanzar el 5,75% antes de 2010.

Paralelamente, la Comisión Europea define en su estrategia el papel que deberán desempeñar los 27 en el futuro. La idea es promover una mayor utilización de los biocarburantes tanto en la UE como en los países en desarrollo, preparar la utilización a gran escala, y desarrollar la cooperación con los países en desarrollo para la producción sostenible de biocarburantes. Este triple objetivo se articula en torno a siete ejes políticos, en los que se agrupan las medidas prioritarias que adoptará la Comisión.