Los ministros de Energía de la Unión Europea decidieron en febrero pasado que un 10% del mercado de combustibles para la automoción en 2020 deberá ser obligatoriamente de biocarburantes (gasolinas y gasóleos mezclados con combustibles procedentes de la soja, remolacha, caña de azúcar, etc...). Actualmente, la penetración del biodiésel es del 1,6% en el gasóleo y, del bioetanol, del 0,4% en la gasolina. Es decir, que los biocarburantes van introduciéndose en el mercado de forma muy lenta,a pesar de que reducen entre un 35% y un 50% las emisiones a la atmósfera frente a los derivados del petróleo.
La fuerte apuesta de la Unión Europea por los biocarburantes, a la que se han sumado Estados Unidos y, sobre todo, Brasil, ha provocado que los países productores de crudo estén frenando sus inversiones en exploración y producción, por lo que habrá menos petróleo en los mercados en los próximos años, justo cuando se prevé un aumento de la demanda.
Todo ello está contribuyendo a que suban los precios del petróleo y de sus derivados. El viernes pasado, el crudo Brent alcanzó los 77,57 dólares el barril, su nivel más alto desde el 7 de agosto de 2006, fecha en la que el petróleo registró el máximo histórico: 78,64 dólares. Y los precios de los carburantes están en nuestro país a pocos céntimos de los máximos de agosto de 2006. Afortunadamente, la fortaleza del euro sobre el dólar está amortiguando el incremento del precio de las gasolinas y del gasóleo.
Las petroleras, preocupadas
La Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) ha mostrado ya su preocupación por el «frenazo» en la exploración y producción de yacimientos de crudo, que contrasta, según su presidente, Dominique de Riberolles, con el previsible aumento de la demanda a corto plazo.
La producción oficial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es de 25,8 millones de barriles diarios desde febrero, cuando entró en vigor el recorte de 0,5 millones de barriles aprobado en diciembre, en la conferencia de Abuya (Nigeria). Dos meses antes, la OPEP había aprobado otro recorte de 1,2 millones. La producción oficial de los doce países que integran este cártel es la más baja desde hace tres años.
Sin embargo, la escasa disciplina de la mayoría de sus miembros hace que la OPEP vierta habitualmente al mercado más crudo que el que fijan sus cuotas. En junio, la producción real de esta organización fue de casi 30 millones de barriles.
Aunque los precios del petróleo van camino de superar los máximos históricos de agosto de 2006, la OPEP no parece dispuesta a desperdiciar una nueva oportunidad para engordar sus arcas. El secretario general de la organización, Abdullah el-Badri, dijo la pasada semana que «no hay razones» para elevar la producción de crudo. La decisión se tomará el 11 de septiembre próximo, en Viena, con motivo de la celebración de la 145 conferencia de la OPEP. Para esta organización, los motivos por los que el crudo está tan caro son la insuficiente capacidad mundial de refino, los problemas técnicos de las refinerías norteamericanas, las tensiones geopolíticas, la especulación en los mercados y la fuerte presión fiscal sobre los combustibles.
La AIE pide más crudo
A pesar de ello, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha pedido a la OPEP que aumente rápidamente su producción porque el mercado no está suficientemente abastecido. Además, la capacidad excedentaria de esa organización sigue en mínimos, por lo que cualquier problema grave que se produjera puntualmente, como los daños causados por los huracanes -cuya temporada va a empezar-, podría provocar un fuerte desequilibrio en los mercados.
El último informe de la AIE, hecho público el viernes en París, prevé un incremento del 2,5% de la demanda global de petróleo en 2008, hasta los 88,2 millones de barriles diarios, debido a factores climáticos en los países de la OCDE y a una fuerte demanda por parte de las economías no pertenecientes a la misma.
En otro informe de la semana pasada, la Agencia mostraba «una preocupación significativa» porque el crecimiento de la demanda en los países emergentes no se verá acompañada por un aumento de la oferta.
Asimismo, indica que los biocarburantes no representarán más que un 2% del consumo global de crudo, a pesar de que su progresión en el mercado de carburantes de automóviles será del 50% entre 2007 y 2009.
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