Greenpeace dice que la fuga de la central japonesa por el seísmo pone de manifiesto "el peligro" de la energía nuclear
18/07/2007 - Europa Press

La organización ecologista Greenpeace subrayó hoy que la fuga de agua radiactiva de una central nuclear japonesa como consecuencia del terremoto registrado ayer en el noroeste del país pone de manifiesto que "la energía nuclear es peligrosa y tiene un alto potencial catastrófico".

 

Según la ONG, todavía se desconoce la gravedad del vertido de agua radiactiva al mar de la central nuclear de Kashiwazaki-Kariwa, producida a causa del seísmo. Además, recuerda, tras negar en un inicio cualquier consecuencia, se habló de un vertido al mar de 1,5 litros de agua pero más tarde se reconoció una fuga de al menos 1,2 metros cúbicos de agua de la piscina de refrigeración del combustible nuclear gastado, altísimamente radiactivo.

 

Asimismo, uno de los reactores sufrió un incendio durante el temblor. "Este incendio en la central nuclear y la fuga radiactiva nos recuerda una vez más la seria amenaza que es la energía nuclear para la salud pública y el medio ambiente", opinó el responsable de la campaña de energía nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo.

 

"Existe un riesgo real en Japón, y globalmente, de que grandes terremotos y otros desastres naturales, incluidos los asociados al cambio climático, así como ataques terroristas, puedan ocasionar nuevas catástrofes nucleares como la de Chernóbil", previno.

En este sentido, la ONG ecologista recuerda que el accidente de ayer no es el primero que sufre la industria nuclear japonesa, sino que ya se han producido un número importante de accidentes nucleares, y a lo largo de su historia han quedado demostrados diversos encubrimientos y engaños a la opinión pública en su gestión.

 

Por otra parte, Greenpeace recuerda en su comunicado que a principios de julio se produjeron también dos accidentes en centrales nucleares alemanas: un incendio en la central de Krümmel y un cortocircuito en la de Brunsbüttel, cuya gravedad, afirma, "trató de minimizarse desde el principio por parte de la industria nuclear y de la compañía eléctrica propietaria de estas centrales, la empresa sueca Vattenfall". Estos tres accidentes hacen de julio, concluye la ONG, "un mes radiactivo".