- Precipitaciones. Las lluvias torrenciales han causado las catástrofes más trágicas de todos estos fenómenos. Los ciclos de monzones de esta temporada en India se han duplicado: van cuatro en dos meses frente a los dos de media histórica. Las inundaciones que trajeron los monzones de junio y julio en el sur de Asia han provocado 500 muertes y el desplazamiento de diez millones de personas. Plantaciones, viviendas e industrias han quedado totalmente destrozadas. En el Reino Unido, las precipitaciones entre mayo y julio han sido las mayores en esos meses desde 1766. Dos grandes inundaciones han contribuido generosamente a que se bata este récord: las del 24 de junio, cuando cayeron más de 103 litros por metro cuadrado en 24 horas, y las del 20 de julio, con 120 litros. El resultado: más de 4.300 millones de euros de pérdidas y al menos nueve muertos. El agua ha caído con furia en casi todos los rincones del mundo. China: 13,5 millones de afectados y más de 120 muertos. Omán: 20.000 damnificados y más de 50 fallecimientos. Sudán: el desbordamiento del Nilo arrasó 16.000 viviendas. Uruguay: las peores lluvias en medio siglo perjudicaron a 110.000 personas. Todo esto, entre mayo y junio. Antes, países como Mozambique sufrieron las inundaciones más graves de los últimos tiempos. Allí el agua ahogó 30 vidas y causó 120.000 evacuaciones en febrero. En enero, una potente tormenta afectó a la zona norte de Europa con lluvias torrenciales y vientos de 170 kilómetros por hora. Hubo 47 personas que no sobrevivieron al temporal, que además dejó sin suministro eléctrico a decenas de miles de viviendas durante horas. La OMM cifra las pérdidas económicas entre tres y cinco millones de euros. Una tragedia ha sucedido a otra en los primeros siete meses del año. Y la lista sigue en aumento. Ayer mismo las lluvias torrenciales en Nueva York provocaron el retraso de numerosos vuelos en los tres aeropuertos internacionales y paralizaron completamente el transporte urbano. Los accesos a la ciudad por carretera, tren y metro quedaron cortados debido a las inundaciones y a la caída de árboles. Y el problema que denuncia la OMM no es sólo el de las precipitaciones, sino también los fuertes contrastes. En Alemania, al abril más seco nunca conocido (cuatro litros por metro cuadrado), le sucedió el mayo más lluvioso (120 litros). - Olas de calor. Los búlgaros han vivido este verano algo insólito. Los termómetros llegaron a marcar 45 grados. Fue una de las dos grandes olas de calor que han dejado decenas de muertos en el este de Europa. En Moscú, en lo que suele ser un fresco mes de mayo, se superaron los 32 grados. No había precedentes. Al mismo tiempo, en India se registró una ola de calor que dejó temperaturas de 45 y 50 grados. - Temperaturas. Enero ha sido el mes más cálido de la historia en todo el mundo, con 1,89 grados por encima de la media desde que comenzaron las mediciones en 1880. Abril también: 1,37 grados más. Las subidas se han notado sobre todo en Europa. Un ejemplo es Holanda; en tres siglos de registros no había constancia de un primer mes del año más caluroso. La tendencia, en opinión de la OMM es "inequívoca"; 11 de los últimos 12 años están entre los más cálidos desde que hay registros. El calentamiento de los últimos 50 años (0,13 grados por década) es casi el doble que el del último siglo. Del calor, al frío extremo. Argentina y Uruguay viven inviernos gélidos. La nevada de Buenos Aires en julio fue sólo un ejemplo de esta afirmación. Si esta estampa se traduce a grados, el resultado es 22 bajo cero como mínima en Argentina y 18 en Uruguay. Nieve también en Suráfrica. Hasta 25 centímetros de espesor en algunas zonas. Algo que no ocurría desde 1981. - Predicción. La OMM no es optimista: "Las proyecciones de cambio climático indican que es muy probable que las altas temperaturas, las olas de calor y las fuertes precipitaciones sean cada vez más frecuentes".
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