La Conselleria de Medio Ambiente de la Generalitat de Cataluña aseguró ayer que la muerte de 900 peces en la confluencia de los ríos Segre y Cinca, en el término municipal de la Granja d'Escarp (Lleida), no está relacionada con una alteración de la calidad del agua. Los peces, la mayoría carpas y algún sirulo, aparecieron muertos durante el pasado fin de semana.

La Agencia Catalana del Agua (ACA) ha analizado el agua y no ha encontrado ningún indicio de que se haya producido alguna alteración en su calidad que haya provocado la muerte de los peces. En un comunicado, la Conselleria afirmó que los técnicos han comprobado el pH, la conductividad del agua y la presencia de amonio, cloruros, fosfatos, mercurio, plaguicidas, dioxanos y otros materiales y que no ha encontrado ningún parámetro que se salga de los límites.

La ACA también ha investigado la zona y no ha apreciado alguna aportación de agua o algún vertido que hubiera podido provocar la muerte de los peces.