Neumáticos para jugar al fútbol
08/01/2008 - PUBLICO.es
www.publico.es
Los neumáticos dejarán de decorar los arcenes de las carreteras, las riberas de los ríos y los vertederos. Las ruedas fuera de uso tienen ya potencial para convertirse en asfalto, suelo de parques infantiles e incluso zapatillas.

Con 15.000 neumáticos se hace un campo de fútbol de césped artificial, con lo que también se ahorra agua de riego. Y cada año, en España, se abren 400 nuevos campos de fútbol. En todo el país se recogen anualmente 19,5 millones de unidades de neumáticos, unas 216.000 toneladas.

 

Entre el 10 por ciento y el 25 por ciento de los neumáticos que se recoge se vuelven a reutilizar o recauchutar, es decir, se cambia el 15 por ciento del neumático, su banda de rodadura, para que tenga las mismas propiedades que el nuevo.

 

Con la reutilización de cada neumático se ahorran 18 litros de petróleo, ya que en la fabricación de uno nuevo se emplean 28 litros y en uno reutilizado, diez. Y el resto de los neumáticos recuperados del mercado (90 por ciento a 75 por ciento) se recicla.

 

La particularidad de las ruedas es que no se convierten en neumáticos, pero el caucho, acero y fibras textiles que lo componen se transforman en otros productos muy apreciados. España cuenta con 80 empresas dedicadas a la gestión, reutilización y transformación de neumáticos.

 

Energía y asfalto

 

Jesús María Núñez, director general de Signus, una de las gestoras de neumáticos fuera de uso en España, explica que hay tres salidas principales: la valorización energética, el relleno para obras civiles y el polvo fino que se utiliza en asfalto y pistas deportivas.

 

Uno de los usos de las ruedas hasta ahora inservibles es convertirse en chatarra para las acerías, que sustituyen al carbón en la fundición para obtener el acero. El 30 de un neumático es acero. Y otra de las utilidades es la trituración de la rueda para utilizarla como drenaje y relleno de obras civiles.

 

Incluso los trozos de rueda han servido para diseñar zapatillas y suelas de las alpargatas ibicencas. Sin embargo, el producto estrella, según Núñez, es el polvo fino de neumático, que se emplea en la fabricación de asfalto por su mayor resistencia a la deformación del pavimento y su menor emisión de ruido, ya que el caucho absorbe mejor los impactos de las rodaduras.

 

Este polvo también se emplea en las superficies de parques infantiles, residencias para mayores, pistas deportivas, alcorques para árboles, aislante para viviendas, losetas para piscinas y campos de golf de césped artificial.

 

El Gobierno quiere potenciar el reciclaje de los neumáticos fuera de uso y en el Plan Integrado de Residuos, que aprobará próximamente, ha fijado como objetivo que en 2015 se transforme el 45 por ciento de los neumáticos en polvo para asfalto.

 

Núñez considera que es “imposible” que se consigan estas cifras, porque la industria sólo tiene capacidad para llegar al 18 por ciento, ya que ahora es el 1 por ciento.

 

Cada vez que el usuario compra un neumático, paga entre 1,42 y 1,77 euros para que, una vez que se convierta en residuo, reciba un tratamiento adecuado.

 

Signus y Tratamiento de Neumáticos Usados se encargan de la recogida en cada taller y su por ciento, respectivamente.