El Ministerio de Medio Ambiente aprobó la nueva ley que rige la calidad del aire
22/11/2007 - FUNDACIÓN CONAMA
www.conama.org
La normativa. que fue publicada el pasado viernes en el BOE, incorpora la reducción del impuesto de matriculación para los vehículos menos contaminantes.

Más de treinta años han hecho falta para conseguir una ley que regule los excesos de contaminación que se producen en aire que respiran los españoles. La pasada semana la antigua ley de Protección del Ambiente Atmosférico se convertía en una normativa renovada que actuará fundamentalmente en el marco de las responsabilidades, por ello, se establecerá una nueva zonificación de los territorios en zonas urbanas que se someterán a rigurosos controles de polución. De esta forma, se contemplará  la incidencia del tráfico y especialmente la emisión de C02 de los vehículos. En relación  a los automóviles, la ley incorpora la reducción del impuesto de matriculación  para los vehículos menos contaminantes.

 

Otro de los grandes avances que ofrece esta ley es la de establecer un régimen de control de actividades emisoras de contaminación a la atmósfera. Además se amplía las obligaciones de las administraciones en cuanto a la información que deben proporcionar a los ciudadanos sobre la calidad el aire que respiran.


Finalmente por primera vez en España existe una ley que actúa antes de que la contaminación sea una catástrofe irreversible, para ello, han hecho falta dos foros de referencia donde numerosos expertos ambientales han intercambiado experiencias, han realizado reivindicaciones y han debatido sobre los temas de interés. Todas estas voces han desembocado en la creación de una verdadera red de conocimiento.

 

Estos foros han sido los grupos de trabajo sobre contaminación atmosférica del Congreso Nacional del Medio Ambiente (CONAMA), organizado por la Fundación CONAMA y los Seminarios de la Calidad del Aire, impulsados por el Ministerio de Medio Ambiente.

 

En estos encuentros se viene reivindicando desde hace años la necesidad de una nueva Ley de Atmósfera, para la que parece que ha llegado el momento. En su desarrollo habrá que aprender del pasado para abordar con energía un problema de gran envergadura: luchar para que las próximas generaciones disfruten de un aire puro, lo que será sin duda una garantía para su salud y para la conservación de los ecosistemas.