''No podemos repetir en el campo de los biocombustibles lo que se ve en el comercio mundial de alimentos'', sostuvo Diouf al término de un encuentro que mantuvo con el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva.

Recordó que los países ricos utilizan ''mecanismos distorsionados de protección al comercio en busca de la producción competitiva'', como lo son las subvenciones y los aranceles a la importanción de productos agrícolas.

El próximo semestre se celebrarán dos reuniones, una en Brasil y otra en Italia, en las que por primera vez los presidentes debatirán la viabilidad de producción de biocombustibles en países africanos, la definición de las naciones que podrán suministrar materia prima, la cantidad de agua y recursos naturales que son necesarios para su producción, y sus impactos sobre el hambre y la pobreza.

La semana pasada, la FAO divulgó un informe realizado en conjunto con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en el que se afirma que el rápido crecimiento de la industria global de biocombustibles mantendrá los precios de los alimentos en alza en la próxima década, según informó el portal Globo Online.

De acuerdo con el medio, el informe ''molestó'' al gobierno brasileño, una vez que Brasil es el principal productor mundial de biocombustibles como el etanol, derivado de la caña de azúcar, y del biodiesel, producido a partir de semilllas oleaginosas.

En ese sentido, Lula volvió a defender hoy el uso y producción de combustibles alternativos, especialmente en países pobres, y advirtió que no permitirá que ''otra vez los cárteles de los países poderosos le impidan a Brasil crecer y desarrollarse como nación'', y sostuvo que la opción por los biocombustibles ''democratizará la producción energética'' en el mundo.